"Bien, como el Hijo del
hombre no vino para ser servido, sino para servir." — Jesús. (Mateo, 20:28.)
En compañía del espíritu de
servicio, estaremos siempre bien guardados. La Creación entera nos reafirma
esta verdad con claridad absoluta.
De los reinos inferiores a las
más altas esferas, todas las cosas sirven a su tiempo.
La ley del trabajo, con la división
y la especialización en las tareas, prepondera en los más humildes elementos,
en los variados sectores de la Naturaleza.
Ese árbol curará enfermedades,
aquel otro producirá frutos. Hay piedras que contribuyen en la construcción del
hogar; existen otras calzando los caminos.